VILLANCICO
Pues andáis en las palmas,
ángeles santos,
que se duerme mi Niño,
tened los ramos!
Palmas de Belén
que mueven airados
los furiosos vientos
que suenen tanto,
no le hagáis ruido,
corred más paso:
que se duerme mi Niño,
tened los ramos!
El Niño divino,
que está cansado
de llorar en la tierra,
por su descanso,
sosegar quiere un poco
del tierno llanto;
que se duerme mi Niño,
tened los ramos!
Rigurosos hielos
lo están cercando,
ya veis que no tengo
con que guardarlo;
ángeles divinos,
que vais volando,
que se duerme mi Niño
tened los ramos!
Lope de Vega.